25 de noviembre: un compromiso ético de la comunidad educativa

Angie Pezo Ceballos
Jefa (s) del Departamento de Equidad de Género y Diversidad del IP Virginio Gómez
Cada 25 de noviembre, al conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, nos enfrentamos a una realidad que sigue siendo urgente. En lo que va de este año 2025, según el Informe Intersectorial de SernamEG, se han registrado 262 femicidios frustrados. Detrás de esta cifra hay un recordatorio de que la violencia no es un hecho excepcional, sino un fenómeno que atraviesa las relaciones cotidianas y que se instala gradualmente: Primero con descalificaciones, luego con control y aislamiento, hasta escalar a amenazas o agresiones graves, entre otros. La violencia se sostiene cuando el entorno calla, y justamente ese silencio es lo que una institución de educación superior como la nuestra previene.
En una comunidad educativa donde conviven estudiantes que inician relaciones afectivas, junto a docentes, colaboradores y equipos administrativos, estas señales pueden aparecer en múltiples espacios. Por eso, la prevención se enfoca en la presencia activa y espacios seguros, y es un compromiso que se enmarca en nuestra política institucional.
Desde el Departamento de Equidad de Género y Diversidad del Instituto Profesional Virginio Gómez trabajamos para que las personas que componen la comunidad educativa cuenten con herramientas claras para reconocer la violencia en un contexto académico y así no enfrenten su experiencia en soledad. Asimismo, intervenir de manera rápida, cuidadosa y humana en estas situaciones, logrando espacios seguros.
La prevención es una tarea colectiva. Muchas veces, la diferencia entre contener una situación a tiempo o lamentar sus consecuencias, está en la capacidad del entorno de mirar con atención, no minimizar y acompañar. Que este 25 de noviembre no sea sólo una fecha simbólica, sino un recordatorio de que la violencia es evitable y que la prevención se desarrolla de manera seria y compartida.
Por lo tanto, lo anterior es un compromiso común y todas las personas son responsables de una sociedad libre de violencia.
