La frase igualdad de género pone sobre la mesa un sinfín de temas por abordar. Sin embargo, la premisa encierra en sí misma una gran verdad, y es que, a pesar del desarrollo que alcanzamos en muchas materias, no hemos podido erradicar las brechas de género, un desafío que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al relevar la igualdad de género.

Dudo que la igualdad sea la solución. No es que me oponga al empoderamiento femenino, por el contrario, creo que en nuestra sociedad son indispensables para alcanzar la sustentabilidad. Sin embargo, debemos valorar las diferencias, que son las que suman al desarrollo social, y apuntar más allá de la igualdad, para enfocarnos desde ya en la equidad. Este es nuestro imperativo ético. En este contexto, las instituciones de educación cumplen un rol esencial siendo los transmisores de conocimiento que permiten cultivar principios y valores que orienten la dinámica social, aún más en casas de estudios superiores, donde tomar conciencia sobre estos temas debe primar para tener una sociedad justa.

Con esa responsabilidad en mente, como institución, trabajamos para adjudicarnos un Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) del Ministerio de Educación que nos ayudará a desarrollar acciones en nuestra comunidad y, a través de ellos, vincularnos con su entorno para concientizar en la erradicación de actos deleznables como el acoso sexual, discriminación y violencia de género que, lamentablemente, aún vemos en nuestra sociedad.

Al dedicarnos a la educación no sólo debemos transmitir el mensaje, sino, mostrar desde el ejemplo que el respeto es la base fundamental de nuestras acciones. Por ello, es necesario instalar una cultura organizacional de equidad de género que prevenga situaciones de menoscabo o abuso por diferencias de género y fomente relaciones basadas en el buen trato al interior de la comunidad educativa del Instituto Profesional Virginio Gómez. Con este fin, implementaremos el primer Observatorio de Género y Equidad en las regiones de Ñuble y Biobío.

Una estrategia para afianzar el respeto hacia el otro, en un contexto de equidad, como un fundamento de nuestro sello institucional, eliminando estereotipos presentes tanto en las relaciones humanas como en el desarrollo de carreras profesionales. Esto, se suma a nuestro objetivo, por años, de potenciar el ingreso a las diferentes áreas de especialización de nuestro instituto dejando atrás consideraciones de género. Abogamos para que, sin prejuicios de por medio, más mujeres ingresen a carreras “masculinizadas” y más hombres se orienten a las vistas como “feminizadas”. Nuestro esfuerzo está en ser una ventana que permita el desarrollo de las personas en un ambiente de completa igualdad de oportunidades.

Al considerar que la Ley General de Educación refiere conceptos de respeto y valoración de los DD.HH., asegurando a las y los estudiantes el respeto de su integridad física y moral, no pudiendo ser objeto de tratos que les menoscaben, ya tenemos un camino marcado. Desde nuestra institución estamos disponibles para las alianzas que permitan, respetando nuestras diferencias, lograr una sociedad que avance con determinación desde la equidad.