En el marco de la postulación a Fondos de Desarrollo Institucional del Ministerio de Educación, el Instituto Profesional Virginio Gómez se adjudicó más de doscientos millones de pesos para financiar un proyecto destinado a facilitar las experiencias formativas de los estudiantes, integrando herramientas remotas de educación como complemento a la presencialidad. 

Esta concesión viene a respaldar y complementar el arduo trabajo desarrollado por la institución en medio de la actual emergencia sanitaria, que le ha permitido realizar mejoras a la experiencia de formación de sus estudiantes a través de la implementación de un Ambiente Remoto de Aprendizaje, estrechamente vinculado a los objetivos del PEI actual. 

El proyecto denominado "Facilitar las trayectorias formativas de los estudiantes a través de la implementación de un Ambiente Remoto de Aprendizaje: ARA, que incorpore tecnologías, metodologías y prácticas evaluativas innovadoras, como complemento a la presencialidad”, es parte de la búsqueda constante de la mejora de los procesos formativos institucionales, sobre todo en el contexto actual, resguardando los principios de aseguramiento de la calidad de los mismos.

Para Marco Peña, Jefe de Departamento de Desarrollo Docente, la implementación de este proyecto “busca la continuidad del trabajo que el Instituto ha venido desarrollando con la finalidad de mantener las clases en un ambiente virtual, sin afectar la calidad de la formación. Es por esta razón, que el diseño e implementación de un Ambiente Remoto de Aprendizaje ARA incorporará el uso de una plataforma LMS que sirva de complemento a la presencialidad, favoreciendo el trabajo autónomo de los estudiantes con la incorporación de recursos, metodologías y prácticas evaluativas innovadoras y coherentes con la situación educativa actual”, especificó. 

Una de las aristas que favorece este proyecto es la mantención de un contacto permanente con los estudiantes, aún sin la presencialidad, que se complementará con el ajuste al modelo existente de capacitación a los docentes y estudiantes. Junto   a los mecanismos de aseguramiento de la calidad de los procesos formativos, se incorporarán instrumentos para el monitoreo y evaluación de los mismos. Se espera que estas acciones que se implementarán durante los tres años que dura el proyecto sean escalables y perdurables en el tiempo.