Vicente Carrión Taccone, estudiante de segundo año de TNS en Prevención y Rehabilitación en Drogodependencia del Instituto Virginio Gómez, fue el ganador de la categoría juvenil del concurso literario Cuarentena en 100 palabras, organizado por la Congregación de los Sagrados Corazones, con su historia “El mundo detrás de mis ojos”.

Orgulloso y emocionado se autodefine Vicente tras este reconocimiento a una aptitud que ni él mismo creía tener. “Siento que pude identificar un talento. Antes escribía a modo personal, o como un regalo de cumpleaños para mis cercanos y, aunque siempre me decían que era bonito lo que hacía, yo asumía que me lo decían porque son mi familia” comentó.

Esta es la primera ocasión en la que participa en un concurso con uno de sus escritos y fueron sus padres quienes lo impulsaron a hacerlo. Si bien no escribió específicamente de la cuarentena, sí lo hizo desde su mirada del encierro y de estar más solitario por estos días de emergencia sanitaria. “A mí me ha servido para reflexionar en cosas que habitualmente uno no hace, y en este cuento me enfoqué en eso, en la creatividad de lo que ocurre detrás de los ojos cuando se cierran”, especificó. 

Este primer éxito de Vicente le ha dado un impulso que ni él mismo sabe a dónde lo podrá llevar, pero sí parece estar disfrutando del viaje. “De hecho, ya estoy haciendo una historia para otro concurso. Antes, pensaba que era solo para compartir con mis cercanos, pero con esto me di cuenta que parece que hay un talento detrás y, aunque para mí quizás no tengan algo especial, al parecer a la gente le gusta, así que por qué no intentarlo de nuevo”, finalizó entusiasta.


“El mundo detrás de mis ojos”

“A veces, uno cierra los ojos por cansancio, por miedo, por tristeza, o para olvidar nuestro alrededor. Sin embargo, yo cierro los ojos porque detrás de mis ojos no hay cuatro paredes que nos separen, sino un lienzo negro de hermoso vacío donde puedo pintar y llenar de colores. Así lo que al principio no es más que un caleidoscopio confuso y desmantelado, se convierte en un mundo precioso donde lo imposible se hace presente y mi voluntad le da forma, un mundo diminuto donde nos volvemos los pintores de nuestro mundito, para ser los arquitectos de nuestra realidad”