Educación Emocional en la Diversidad Total
Por Claudia Murua Bello, Jefa de Carrera TNS Educación Diferencial sede Los Ángeles
En los procesos educativos, la educación emocional se manifiesta en forma continua y permanente, cuya finalidad es potenciar y desarrollar las competencias emocionales en las personas con el fin de brindar un bienestar social, íntimo y personal.
El saber identificar y conocer las emociones propias, las de los demás y el autocontrol de ellas es el objetivo principal de la educación emocional.
Ahora bien, cabe preguntarse, en el aula de clases ¿Cuál sería el propósito de trabajar la Educación Emocional? Se sabe, a través de la literatura, que la implementación de este proceso facilita desarrollar los objetivos emocionales, tales como mejorar el nivel de autoestima, el autocontrol frente al enojo, hacer frente a la adversidad e incluso desarrollar aspectos relacionados con la empatía, pero, sobre todo, trabajar un factor determinante que es la construcción de sus aprendizajes en forma favorable. Asimismo, se ha evidenciado que la ausencia del trabajo en emociones trae consigo, de forma manifiesta, emociones desfavorables.
A pesar de esto, en general, el modelo educativo imperante tiende a ignorar o minimizar los aspectos emocionales, los que son, cada vez, menos tomados en cuenta, dando un mayor énfasis a lo cognitivo. Esta premisa, involucra un desmedro en la diversidad de estudiantes que asisten a los establecimientos educacionales.
Si bien la diversidad es un concepto que puede tener diferentes significados y se adapta a las circunstancias y al sentido que las personas le van dando a través del tiempo, alude a la circunstancia de los sujetos de ser distintos, especialmente al considerar que la diversidad es tan normal como la vida misma: hay que acostumbrarse a vivir con ella y a trabajar a partir de ella.
En educación, el foco se pone mayoritariamente en la labor del profesor que se ha visto complejizada por los cambios sociales que han llevado a una mayor aceptación de la diversidad. A la incorporación de más estudiantes con necesidades educativas especiales se suman la llegada de inmigrantes, el impacto de la tecnología en las relaciones humanas y de convivencia, como bullying y cyberbullying, el alcoholismo, el consumo de drogas, la violencia escolar y relaciones entre pares. Por eso, es importante rescatar el rol del profesor quien debe ser un agente de aprendizaje socioemocional.
Pero, también es vital que los establecimientos prioricen el trabajo en lo preventivo, en la detección oportuna de estudiantes con dificultades en el área, trabajar el clima social escolar, la autoestima, los vínculos, el apego, la empatía y la importancia de desarrollar ambientes escolares positivos, seguros, motivadores que nutran emocionalmente y que lleven a los estudiantes a vivir experiencias potentes y no inhibitorias de su identidad, sin dejar de lado la utilización de redes de apoyo para tratar los problemas que forman parte de esta Total Diversidad.