Danilo Hernández
Director Escuela Tecnológica Industrial – Instituto Profesional Virginio Gómez

Cada 10 de agosto, nuestro país rinde homenaje a quienes han hecho de la minería no solo la actividad productiva más importante de los últimos 100 años, sino también una vocación marcada por el esfuerzo, la innovación y la resiliencia. Solo entre enero y abril de 2025, las exportaciones mineras alcanzaron los US $19.298 millones, con un crecimiento de 6,8 % respecto del mismo periodo del año anterior. El cobre, que lidera la industria, representó US $16.940 millones en envíos, seguido del oro y el molibdeno, con aumentos superiores al 80 % y 45 %, respectivamente. Solo en enero, la minería representó el 45,9 % de las exportaciones totales del país.

 

En el Instituto Profesional Virginio Gómez, particularmente desde la Escuela Tecnológica Industrial, somos testigos y partícipes activos de esta transformación. Formamos a las y los técnicos y a las y los ingenieros de ejecución que día a día sostienen la operación minera con conocimiento aplicado, compromiso con la seguridad y una profunda conexión con los territorios en que trabajan.

El técnico en minería y el ingeniero de ejecución en minas ya no son solo operadores; son gestores del cambio, articuladores entre la innovación y el territorio, embajadores del conocimiento aplicado y protagonistas de una minería más transparente y respetuosa con su entorno.

 

Desde nuestra Escuela impulsamos una formación alineada con la Política Nacional Minera 2050, con enfoque en sostenibilidad, eficiencia hídrica, digitalización y economía circular. Promovemos que nuestros estudiantes comprendan que la minería del futuro es más que extracción: es respeto por el entorno, desarrollo local, trazabilidad y aporte a la transición energética global.

Además, Chile se mantuvo en 2024 como el mayor exportador mundial de cobre, superando los US $50.000 millones en ventas, y también lidera en litio —con el 78 % del mercado global—, además de ser referente en yodo, renio y molibdeno.

La demanda proyectada de más de 30 mil nuevos empleos en el sector minero hacia 2032, con un 60 % concentrado en perfiles técnicos y de supervisión, es una llamada de atención clara: necesitamos seguir fortaleciendo la formación técnica de calidad, con pertinencia territorial, vínculos con la industria y una mirada de largo plazo.

Como comunidad educativa, renovamos nuestro compromiso con una minería más humana, justa e inteligente. Una minería donde nuestros técnicos y técnicas superiores no solo encuentren empleo, sino también un propósito. Y desde Biobío y Ñuble, reafirmamos que el desarrollo minero también puede ser sinónimo de desarrollo regional sostenible.