La entrega de una sólida propuesta de valor que involucre la escalabilidad y el modelo de negocios de cada proyecto, es lo que cada equipo que participa de los Desafíos IPVG 2030 debe presentar al cierre de este, concurso programado para julio. Para guiarlos y apoyarlos en estas temáticas, el equipo del IPCFT 2030 se reunió con cada uno de ellos de forma presencial.

La jornada fue guiada por Juan Pablo Sanhueza, Jefe del Departamento de Innovación y Emprendimiento, quien trabajó con los Docentes Mentores orientándolos también en la trasferencia de sus soluciones a sus respectivos pares socio-productivos. “En esta jornada afinamos nuestra propuesta de valor, que apunta a cubrir necesidades que presentan muchos liceos técnicos profesionales que reciben equipamientos, pero no pueden ser utilizados porque no cuentan con las herramientas para hacerlo”, comentó el Docente Paolo Castillo de la sede de Los Ángeles, quien trabaja con la carrera de Ingeniería (E) en Automatización y Control en la transferencia de conocimientos para la implementación y puesta en marcha de un equipo servomotor en el Liceo Crisol de Mulchén.

Otro de los aspectos relevantes es el potencial interdisciplinario que tienen los proyectos, ya que es posible trabajarlos de manera conjunta con otras carreras del IPVG. Así lo señaló el Docente Demis Hidalgo de Administración, quien trabaja en una propuesta para sistematizar de manera eficiente la información de las beneficiarias de la Protectora de la Infancia Leonor Mascayano de Concepción. “Este proyecto necesita tener un match con la Escuela de Informática, lo cual es un valor agregado para que nuestro par tenga una real solución a la problemática inicialmente presentada”, comentó.

Cabe recordar que el concurso Desafíos IPVG 2030 se desarrolla bajo dos modalidades: Desafíos Industriales 2030 y Desafíos ODS 2030, sumando entre ambas iniciativas 40 proyectos de innovación y transferencia tecnológica. Al cierre los equipos entregarán soluciones a problemáticas reales de distintas entidades del entorno social y productivo de las regiones de Ñuble y Biobío, gracias a las cuales los estudiantes no solo potencian una inserción laboral temprana, sino que también adquieren herramientas diferenciadoras que les permiten desempeñarse como técnicos y profesionales de alto nivel.