Mujeres que construyeron el patrimonio educacional de Concepción, Chillán y Los Ángeles

Desde la docencia, la cultura y la arquitectura hasta el acceso a carreras técnicas, diversas mujeres han dejado una huella profunda en la educación, abriendo camino a nuevas generaciones de estudiantes y profesionales.
La historia de la educación técnico profesional en el Biobío y Ñuble está marcada por mujeres cuya labor transformadora ha sido clave para construir una educación más inclusiva y con perspectiva de género.
La Educación superior como camino para la transformación
Amelia Mella de Soto (1883-1945) fue una destacada docente y directora del Liceo de Niñas de Concepción entre 1918 y 1929. Su gestión marcó un hito al validar los certificados del establecimiento para que las estudiantes pudieran ingresar a la Universidad de Concepción, abriendo así el camino para la plena incorporación de la mujer a la vida profesional y social de la época.
Durante su trayectoria como directora, impulsó iniciativas que trascendieron el aula, como la creación de la Cruz Roja Juvenil, la Brigada de Muchachas Guías del Movimiento Scout y la Liga de Madrecitas, que fomentó la formación integral y el compromiso comunitario de las estudiantes.
Comprometida con la sociedad penquista, organizó actividades solidarias en apoyo a instituciones de beneficencia y damnificados por catástrofes. Dejando un legado invaluable en la educación y la participación social de las mujeres de la Región del Biobío.
El acceso a la Educación Técnica para las mujeres Chillanejas
En la actualidad, se reconoce a Marta Colvin Andrade (1907-1995), escultora internacional y profesora nacida en Chillán en 1907. Fue de las educadoras que abrió el acceso de las mujeres a la formación técnica en áreas como el secretariado, la pedagogía técnica y el comercio.
Su trayectoria artística, como ella misma contó en entrevistas, inició un día de invierno bajo una intensa lluvia, cuando su profesora de dibujo, la escultora Noemí Mourges, le entregó un trozo de greda para modelar. Ese gesto marcó el inicio de un camino que más tarde compartiría junto a un grupo de mujeres en el colectivo Tanagra, donde cultivaron la escultura de manera autodidacta. Posteriormente, desarrolló una destacada trayectoria internacional: se perfeccionó en la Slade School de la Universidad de Londres gracias a una beca del British Council, trabajó con F. E. Mac William y mantuvo una estrecha relación académica con Henry Moore, quien la inspiró a valorar la tradición cultural prehispánica.
Residió más de 30 años en Francia, fue representada por la prestigiosa Galerie de France en París y recibió numerosos reconocimientos en Europa, Asia, Estados Unidos y Sudamérica. En 1970, obtuvo el Premio Nacional de Arte, consolidando su lugar como una de las grandes figuras del arte chileno.
La educación como pilar de la sociedad
Hilda Celmira Lühr Fernández, nacida en 1924 en Traiguén, fue profesora de vocación y una de las pioneras de la educación subvencionada en la provincia de Biobío. Su formación en la Escuela Normal José Abelardo Núñez en Santiago marcó el inicio de una vida dedicada a la enseñanza.
En la década de 1950 llegó a Los Ángeles para fundar el Colegio San Francisco, institución donde dejó una profunda huella en la formación de generaciones de estudiantes. Posteriormente, impulsó junto a su familia la creación del Liceo Santa Rita, y desarrolló proyectos educativos como el Colegio Ruiseñor y el Colegio Santa Hilda, consolidando su legado en la región.
Más allá de su labor académica, Hilda Lühr se distinguió por su silenciosa filantropía: apoyó a numerosos jóvenes con talento y escasos recursos para acceder a la educación superior, brindando oportunidades de manera generosa y desinteresada. Hoy a sus 100 años, sigue siendo un ejemplo para la educación en Chile.
Estas mujeres, desde sus entornos educativos, dejaron una huella imborrable a través de su vocación, altruismo y aporte cultural, construyendo parte fundamental del patrimonio educativo de sus ciudades. Su legado inspira hoy al Instituto Profesional Virginio Gómez y a sus estudiantes, fortaleciendo la educación técnico profesional con una visión de equidad, diversidad y compromiso con el futuro.