En conjunto con el DAEM de la comuna angelina estudiantes de la carrera de Ingeniería en Energías Renovables y Sustentabilidad Ambiental del Instituto Profesional Virginio Gómez, trabajan en un plan de gestión de residuos sólidos que permita lograr la certificación ambiental de 46 establecimientos escolares de la zona. Para conocer la realidad en terreno, los alumnos visitaron en compañía de su Docente Mentor, Cristóbal Villaseñor, tres centros de enseñanza: el Liceo Santa Fe; la escuela Virquenco y la Escuela Thomas Jefferson.

El recorrido estuvo guiado por Marcela Pérez, Encargada del Área de Educación Ambiental del DAEM y en cada establecimiento los estudiantes fueron recibidos por las coordinadoras de esta área. “El Liceo Santa Fe tiene 10 años de certificación ambiental con excelencia, entonces el desafío está en cómo logramos ser replicadores de este trabajo para otros liceos y escuelas que quieran hacer este tipo de acciones ambientales reduciendo ese tiempo a 5 años. Eso es lo que buscamos hacer con los estudiantes del IPVG. Al ser nuevas generaciones tienen otra mirada del manejo medioambiental que nos permite soñar con transferencia tecnológica e innovación y entregarnos una solución que cambie y mejore nuestros procesos”, comentó Pérez.

En el proyecto, que se enmarca dentro del concurso Desafíos Industriales 2030, destaca la articulación entre instituciones educacionales, abriendo espacios para aportar en la formación de niños y niñas, al mismo tiempo que a la sociedad. “Esta es una problemática que cuando uno ve en terreno se da cuenta que son realidades completamente distintas y eso implica que la solución debe ser integral y transversal a todos los establecimientos, alertando también de que las políticas públicas deben ser más aterrizadas a la realidad. Por lo que la oportunidad que tenemos acá es el efecto multiplicativo en la educación ambiental, para que nuestros estudiantes el día de mañana salgan al mundo laboral con un claro sello ambiental”, comentó el Docente Mentor Cristóbal Villaseñor.

Esa es precisamente la base de este torneo: vincular a los estudiantes con la realidad territorial a través de la entrega de soluciones a problemáticas reales que contribuyan al desarrollo. Para la estudiante Nadia Seguel “más que participar del concurso, nuestro objetivo como proyecto es colaborar con organización, motivación y dar lo mejor de nosotros para que estos establecimientos tengan una mejor administración de sus residuos”, concluyó la futura ingeniera.