Una de las acciones que ayudan a lograr la felicidad plena es la de ayudar a los demás. Todo esto se refleja en las palabras de Gabriel Ponce, quien se tituló el año 2020 de la carrera de Técnico de Nivel Superior en Prevención y Rehabilitación en Drogodependencia del Instituto Profesional Virginio Gómez, en la sede Chillán, y que ahora comparte con toda la comunidad.

¿Por qué decidiste cursar tu carrera? 

Porque mi primer enfoque era el entregar una ayuda a la comunidad, especialmente a personas con problemas de adicción, ya que, el verlos salir adelante y también a sus familiares me genera una sensación gratificante y de satisfacción.

¿Por qué ingresaste a estudiar al Instituto Profesional Virginio Gómez?

Porque es una Institución que es parte de la Universidad de Concepción, reconocida a nivel local, con una infraestructura de avanzada y con una gran trayectoria en la entrega de una educación de calidad. Los funcionarios del Instituto Profesional Virginio Gómez son personas empáticas, que generan confianza y con un gran profesionalismo.

¿Cómo definirías tu época de estudiante? ¿Qué anécdota recuerdas de ese periodo?

Mi época como estudiante la recordaré por siempre, ya que, pude generar lazos como el cariño y respeto con mis compañeros y profesores. La anécdota que más recuerdo,  es el compartir con mis compañeros en un ambiente cálido y de amistad…son recuerdos que nunca se olvidarán.

¿En qué organización te desarrollas hoy? ¿Cuáles son tus funciones?

Me desarrollo en el Centro Terapéutico Universo, ubicado en la ciudad de Chillán.  Me desempeño como Gerente General y mis funciones principales son la atención de usuarios y la administración. Puedo decir, con convicción, que pude cumplir uno de mis sueños…el tener un centro terapéutico y ayudar a las personas a poder rehabilitarse y salir del mundo de las adicciones.

¿Qué ha sido lo que más te ha gustado de lo que haces? ¿qué fue lo que menos te gustó?

En realidad, hasta el momento me ha gustado todo lo de mi trabajo.  Tengo un buen equipo de trabajo, muy comprometido y profesional. Lo mejor es ver a los pacientes/usuarios felices, cómodos y con motivación para salir adelante.  Eso lo voy viendo día a día y mediante las terapias que se van realizando.

¿Cuáles fueron tus primeras inseguridades al entrar a trabajar?

Una de las primeras inseguridades que se me presentó al momento de trabajar, fue el pensar ¿cómo actuar frente a los usuarios? ¿cómo presentar algunas terapias? y ¿cómo generar un vínculo con ellos? Al avanzar los días me di cuenta de que se requiere de paciencia, personalidad, mucha empatía y entregarles cariño y seguridad de que saldrán adelante.