Por Eduardo Sepúlveda Silva, Docente área Administración IP Virginio Gómez Sede Chillán.

Nuestro país posee cifras macroeconómicas de cierto grado de consideración. Dentro de estas, podemos mencionar la tasa de desempleo, que durante el trimestre móvil abril-mayo-junio de 2022 se ubicó en un 7,8% a nivel nacional, presentando una mejora y repunte en el mercado laboral, pero que exige a la nueva administración propiciar la generación de trescientos mil puestos de trabajos formales al año para mantener o bajar la actual cifra de desempleo. 

Con respecto a la tasa de cambio, que se sitúa sobre los novecientos pesos ($911,42 29/07/2022 SII), los analistas proyectaban un dólar cercano a los novecientos cincuenta pesos, esto último, previamente a la intervención cambiaria del Banco Central. El último sondeo proyecta un ajuste a la baja, situándose bajo los novecientos pesos a corto plazo, pero con un leve repunte en los próximos cuarenta y cinco días, llegando a cifras cercanas a los novecientos veinte pesos.

En materia de inflación, nuestro país registró un IPC anual 2021 de 7,2%, explicado, en gran parte, por un mayor poder adquisitivo producto de los tres retiros a los fondos de pensiones, los que generaron una liquidez de cuarenta y siete mil millones de dólares, y del IFE universal. Además, de una escasez de productos dentro de la cadena de valor y, en otras circunstancias, lisa y llanamente un quiebre de stock. Ambas condiciones generadas por los efectos de las cuarentenas obligadas, tanto en nuestro país como en los países socios comerciales.

 El Banco Central publicó el último Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio de 2022, en el que destaca que la inflación en Chile ha continuado escalando, llegando a alcanzar su máximo nivel de las últimas décadas (12,5% anual). El principal factor tras el alza continúa siendo el significativo aumento de la demanda durante 2021. En doce meses hacia adelante la proyección del IPC sería de 9%. En términos de crecimiento, el IPoM indica que los fundamentos del gasto privado apuntan a que el consumo se debilitará en lo venidero, en un contexto donde las expectativas de empresas y consumidores se han deteriorado de modo importante en los últimos meses. En este contexto, el Informe proyecta que el crecimiento previsto para 2022 estará entre 1,5 y 2,25% 

En este entorno, el desafío es enfrentar y resolver los desequilibrios económicos acumulados durante el 2021, que permita, posteriormente, alcanzar una inflación de 3% de aquí a dos años. Sin embargo, el camino no parece fácil con una generación de empleo más lenta de lo esperado, que coincide con la inflación y un menor poder adquisitivo de los hogares, empeorando la percepción sobre estos mismos puntos. 

Sin duda, los indicadores económicos que se registrarán en nuestro país, como en el resto del mundo, estarán determinados por los efectos de la actual pandemia por covid-19 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, entre otras variantes. Sólo queda esperar que este pesimismo vaya cediendo durante esta segunda mitad del año, permitiendo mejorar las expectativas de crecimiento económico, y alcanzar la tan ansiada estabilidad.